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LA MODA DE LOS JUGUETES ESCATOLÓGICOS

Publicado por: Redactora Afede En: Juegos y juguetes. Ideas El: Comentario: 0 Visto: 1543

LA MODA DE LOS JUGUETES ESCATOLÓGICOS

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Pasada la vorágine de la Navidad, y con todos esos juegos nuevos que tenemos para disfrutar el resto del año, hoy queremos hablaros de una tendencia al alza: los juguetes escatológicos.

Lo cierto es que a los niños les interesan mucho todas esas cosas “que salen de nuestro cuerpo” y que a todos nos dan mucha risa, ¿quién no se ha tenido que aguantar la risa tras un pedo fortuito?

Quizás es por ello que los creadores han apostado por diseñar algunos juegos que, aunque nos parezcan disparatados pero que, en cualquier caso, nos hacen sonreír.



Blandi Blub, el pionero

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Blandi Blub

Probablemente fue el primer juego de esta categoría y, de todos los fabricados en los años 70, el Blandi Blub fue uno de los más extraños y escatológicos que apareció en el mercado.

Esta especie de moco verde se estiraba hasta el infinito, era pringoso, maloliente, viscoso, frío, húmedo y se deslizaba entre los dedos sin llegar a romperse. Se presentaba en un bote de plástico con apariencia de cubo de basura, todo muy apropiado. 

No tenemos muy claro para qué servía y, a pesar de ello, es uno de los inventos más asquerosamente divertidos que ha ideado el ser humano. 

A menudo, la utilidad que se le daba era la de fastidiar al prójimo, ya fuera lanzando la masa a la víctima, colocándola sobre su silla o jugueteando con ella entre las manos.

Si algo estaba claro es que la sustancia era odiada por todas las madres de la época ya que, debido a su textura pegajosa, acababa por atraer todo tipo de porquería, pasando de su color verde transparente original a un tono mate y sucio.

El Slime (nombre original del Blandi Blub, que puede traducirse como “moco”), fue lanzado en EEUU a mediados de los años 70 por la multinacional Mattel. A España llegó gracias a la marca Congost, filial de Mattel en la Península Ibérica.



Feber y sus muñecos mecánicos

En los 90 las muñecas empezaron a ser más realistas y, por tanto, más escatológicas.

La empresa Feber lanzó los denominados muñecos mecánicos, que realizaban alguna función a partir de su mecanismo a pilas.

En esta línea lanzó en la campaña navideña de 1990 a Baby Ñam, un muñeco de 60 cm que podía ser rubio o moreno  y totalmente pionero en su momento por su mecanismo.

Baby Ñam comía galletas sin parar, galletas que iban a parar a un depósito situado en la espalda, que se podía vaciar para seguir jugando. Además, hablaba y no paraba de pedir galletas porque era muy glotón.

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Baby Nañ

Ya en la temporada navideña de 1991 aparece el muñeco Baby Hipo

Era moreno y medía 48 centímetros. Otro muñeco muy glotón que lloraba para que le dieran el biberón y que, tras beberlo muy rápido, tenía hipo. Cuando se le daban unas palmaditas, eructaba y reía o lloraba de nuevo. 

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Baby Hipo, de Feber

Otro muñeco lanzado durante la temporada navideña de 1991 fue Baby Chus

En este caso era rubio y medía 48 centímetros. El muñeco empezaba a estornudar mientras movía la cabeza y hablaba con voz acatarrada. Pedía que le sonasen los mocos y le dieran su jarabe. Entonces, con voz clara, decía que ya estaba mejor.



Cocolín, de Jesmar

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Cocolín en su versión femenina

Cocolín es un muñeco creado por la ya desaparecida fabricante de muñecas española Jesmar, en el año 1994.

Cocolín no tenía pelo, excepto una especie de mechón que le caía sobre la frente y estaba moldeado en el mismo plástico de la cabeza. Además, tenía una cara muy simpática y un poco guasona. 

Cocolín hubiera sido un muñeco más si no fuera por su principal habilidad: tirarse ventosidades. Esta característica fue proclamada a los cuatro vientos en los anuncios de televisión con los que bombardeó Jesmar y que causaron gran revuelo y polémica, aunque fue un éxito de ventas inmediato.

La sintonía rezaba “¿Quien ha sido, quien ha sido? Cocolín que se ha pedido”, eslogan que los niños de la época recordaron con facilidad.

Tras su éxito, Jesmar lanzó otros Cocolines con otras habilidades del estilo. 

El primero Cocolín Meoncete, que ya podéis imaginar qué hacía. Os ponemos el anuncio de televisión porque no tiene desperdicio y, si os apetece, podéis buscar los de sus “amiguitos”, todos sorprendentes, con frasecitas pegadizas y mucho humor.

https://www.youtube.com/watch?v=gNny4Erkrrk

Luego llegarían Cocolín Popó, al que había que darle su papilla y luego sentarle en su water de juguete con sonido de una cisterna real, Cocolín Enfermín, que echaba moquitos, y el Mareos, que soltaba la comida si lo mareabas.

Cocolín desapareció del mercado tras el cierre de Jesmar en 2005 pero en la actualidad han vuelto con una nueva versión, Pedolín.

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Pedolín niña

Pipi Max, la versión perruna

A la de las muñecas le siguió la moda de las mascotas escatológicas y el primero fue Pipi Max, de IMC, el primer perro que bebe agua y hace pipí de verdad.

Por supuesto, no faltaba su correspondiente anuncio con Pipi Max “haciendo de las suyas”

https://www.youtube.com/watch?v=9c6UFyvi6t4



Actualidad: la invasión de los juegos de mesa escatológicos

Como ya habréis observado, la moda estos últimos años se ha centrado en los juegos de mesa, donde lo escatológico es el reclamo con varias propuestas de las que os contamos algunas.

Cacachaf, de Hasbro

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¿Serás capaz de caminar por un sendero repleto de cacas sin pisarlas? Parece fácil ¿Pero podrás hacerlo con los ojos vendados?

Como en la vida real, el que pise menos cacas gana.

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Detalles del juego Cacachaf



Pedrete, el mono guarrete, de Bizak

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¿Os han hecho la clásica broma de “tírame del dedo"? pues eso, tan sencillo y absurdo que funciona, no necesita más. Nunca sabes cuándo se le va a escapar un pedo a Pedrete.

Pedrete, el mono guarrete, es un divertido juego que combina 2 cosas que hacen reír a todos: un mono y los pedos. Gira la ruleta con el plátano, tira del dedo del mono Pedrete y ¡mira cómo se infla su trasero! ¿Cuánto tiempo podrá aguantar? Si provocas que el mono se tire un pedo, pierdes el juego.



Atrapa la caca, de Mattel

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¡Un juego con un desatascador, algo de caca y reacciones rápidas! ¿Puede que sea el más descabellado de todos los que hay en el mercado?

Tira de la cadena para echar el dado, el número que salga será la cantidad de veces que tendrás que intentar desatascar el retrete. Pero, ve con cuidado, porque ¡la caca puede salir volando en cualquier momento después de apretar el desatascador! El jugador que la coja del suelo gana una ficha y si la atrapas al vuelo, ¡te llevas dos! ¡Gana quien acabe el juego con más fichas!.

Pepe moco, de Goliath Games

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Y, como hemos empezado con Blandi Blub, cerramos el círculo con más mocos, en este caso los que tiene Pepe Moco. 

¡Sácale los mocos de la nariz sin hacerlo estornudar! El dado te dirá cuántos has de sacar. Pero, ¡cuidado! porque si estiras del moco que no toca, su cerebro saltará y una penalización te llevarás.

Esta versión de Salta Pirata viene con moraleja incorporada: no te saques los mocos, no vaya a ser que toques el malo.

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