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NIÑOS Y ORDEN ¿MISIÓN IMPOSIBLE?

Publicado por: Redactora Afede En: Juegos y juguetes. Ideas El: Comentario: 0 Visto: 1092

NIÑOS Y ORDEN ¿MISIÓN IMPOSIBLE?

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Nuestros hijos suelen tener su cuarto repleto de juguetes, libros y peluches. A lo largo del año reciben numerosos regalos y, después de Navidad, la situación puede ser crítica. Llega un momento en que no se pueden mover con facilidad por su habitación o encontrar los juguetes que buscan. 

Desorden y niños, consideraciones previas

Los niños no desordenan a propósito, ellos no son conscientes de la necesidad de guardar y recoger sus cosas tras haberlas utilizado y por ello, debemos enseñarles que las cosas no vuelven a su lugar por arte de magia. 

Debemos fomentar el orden, compartir esta idea con ellos en nuestro día a día, sin esperar que sean perfectamente ordenados, elogiando sus esfuerzos y ayudándoles al principio cuando nos pidan ayuda.

Casi todos los niños son desordenados, pero cada niño es diferente, algunos son más meticulosos y organizados y otros no tanto. El niño que tiende a ser desordenado como consecuencia de un rasgo de personalidad psicológico es desordenado por naturaleza y es algo que no puede evitar, es algo natural en él. Por lo tanto, no podemos pretender que se convierta en una persona metódica y tremendamente organizada, aunque sí podemos enseñarle a mejorar ese aspecto. Desde que son muy pequeños, debemos lograr que el niño entienda que cada uno tiene que responsabilizarse de sus cosas en casa o en el colegio, saber cuidarlas y colocarlas en su sitio.

El orden, clave en el aprendizaje

Muchos de los hábitos que tenemos los adultos los adquirimos de niños. Los primeros años son clave para que los pequeños adquieran el concepto de orden. En la escuela, como en casa, podemos establecer pautas para que los niños vayan adquiriendo el hábito del orden. Ser ordenado es una gran virtud porque da confianza, permite una buena concentración y ayuda a realizar otras tareas desde la tranquilidad.

Ser ordenado no solo es bueno a nivel material, también desde el punto de vista cognitivo es saludable. Los niños ordenados aprenden y afianzan mejor sus conocimientos. Y es una virtud que les puede servir para muchas otras tareas que van a tener que desarrollar durante toda su vida. El orden es vital para mantener cierto control sobre uno mismo, ayuda al equilibrio emocional y a ordenar las propias ideas.

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Tips para fomentar el orden en los niños

  • Empezar cuanto antes

Si les enseñamos que después de jugar a un juego lo primero que deben hacer, antes de sacar otro, es guardar el primero, evitamos que lo vaya dejando todo desparramado y les estamos ayudando a adquirir el hábito de recoger.

Alrededor de los tres años, el niño empieza a valorar el orden, ya que le ayuda a mantener cierto control sobre su entorno y le da estabilidad. Con esta edad ya sabe que cada cosa tiene un sitio y suele disfrutar haciendo actividades de orden, siempre y cuando lo experimenten como un juego.

Al principio, es necesario que estemos con él y guardemos juntos los juguetes, enseñándoles cómo hacerlo y mostrándoles que recoger todo lo que han sacado forma parte del juego.

  • Ser claros y precisos

Debemos ser lo más concretos y específicos que nos sea posible, es decir, en lugar de pedirle que ordene su habitación deberíamos decirle qué es lo que queremos exactamente, por ejemplo: “ahora que ya no quieres jugar más con los coches, vamos a guardarlos en su caja antes de empezar a jugar con otras cosas”

  • Proponer objetivos realistas, ser firme y tener paciencia

Proponer unos objetivos realistas y adaptados a la edad y habilidad del niño y ser firmes en nuestra forma de pedírselo, no cediendo a sus respuestas habituales como “luego lo hago” o “espera un poco”.

Vamos a necesitar paciencia. Es un aprendizaje que lleva un trabajo detrás. Si lo hacemos divertido, como si fuese un juego, el niño lo incorporará a su vida sin darnos cuenta.

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  • Alabar y motivar al niño cuando lo hace bien

Por pequeños que sean sus avances, debemos alabarlos. El elogio es un importante motivador, así que no olvidemos utilizarlo.

Los niños quieren hacer las cosas bien, así que si les mostramos nuestra alegría cuando consiguen algo positivo, intentarán volver a repetirlo. El afecto puede ser un buen premio ante una buena acción.

  • Cada cosa en su sitio

Nada de lo anterior servirá si cada cosa no tiene su lugar concreto donde colocarla. Hay que destinar sitios y espacios para sus cosas. Debemos idear un sistema que le facilite su colocación, de ello hablaremos un poco más adelante.

  • Evitar acumular cosas innecesarias o inservibles

Para empezar una tarea de organización en profundidad, primero debemos hacer un inventario con todas las cosas que tenemos y descartar aquello que no sirva. Pero ¡no lo tires todo a la basura! Seguro que más de un juguete está en buenas condiciones y se le puede dar una segunda vida.

Donar los juguetes que ya no se utilizan es una buena práctica para que, además de ahorrar espacio en casa, tus hijos aprendan a compartir y a diferenciar aquello que no necesitan. Otros niños y niñas podrán disfrutar de esos juguetes tanto como lo hicieron en su día los tuyos.

La donación, una forma de acumular menos cosas y aprender solidaridad

Todos sabemos que los niños acumulan demasiadas cosas y siempre nos estamos quejando de que ya no tenemos espacio para nada más, que los armarios están que explotan, que los niños apenas juegan con sus juguetes. Pero pocos padres buscan soluciones a ello. A continuación te contaremos cómo la donación puede ser la solución, mientras les enseñamos un valor que cada día se hace más necesario: la solidaridad.

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Llega un momento en que los niños no se pueden mover con facilidad por su habitación o tienen dificultad para encontrar juguetes en particular. Los padres intentamos que se deshagan de aquellos con los que ya no juegan o que no son adecuados para su edad, pero solamente comentárselo suele convertirse en un momento tenso con berrinches y enfados.

Una solución es enseñarles el concepto de donación desde que son pequeños. Hacerles comprender que aquellos que ya no utilizan pueden beneficiar a otros niños que no los tienen.Por otro lado, seremos un buen ejemplo si ven que somos solidarios y nos preocupamos por los demás.

  • Hablar de la donación

A través de una conversación sencilla y tranquila tenemos que explicarles que hay niños que no tienen juguetes y que serían muy felices con aquellos que ellos ya no utilizan. Cuando veamos que lo han entendido y que están dispuestos a dar, podemos empezar a separar los elegidos.

  • Elegir los juguetes

Una buena fórmula es deshacerse de aquellos con los que no haya jugado desde hace más de un año. También podemos convencer a nuestro hijo de que descarte aquellos que ya no están adaptados a su edad.

Si hay algún juguete con el que no juega pero del que no se quiere deshacer de ninguna manera, no te preocupes. Guárdalo un tiempo en un armario o el trastero. Normalmente se olvidarán de él y, cuando se lo enseñemos más adelante, decidirán que debe ir a la caja de donaciones.

  • No todos los juguetes se pueden donar

Si a un muñeco le falta un brazo o un puzzle no tiene las piezas tenemos que tirarlo, no se lo debemos regalar a otro niño. Esos deben ir a la basura porque no valen para jugar. No debemos dar aquello que no nos gustaría que nos regalasen o que tiene alguna tara o defecto. No hay que olvidar quitar las pilas para que no contaminen.

  • Implicarles en la entrega

Una idea excelente es que nos acompañe a hacer la entrega, de esta forma verán que no van a la basura y que esas personas se van a encargar de hacerlos llegar a los que van a ser sus próximos dueños.

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Ideas para mantener ordenada la habitación de los niños

Los juguetes de nuestros hijos son algunos de los objetos que solemos tener dispersos por toda la casa y, más de una vez, se acaban amontonando sin control. ¿Quieres algunas ideas para evitarlo? Te damos tres consejos fundamentales y sencillos para guardar de forma práctica los juguetes y ahorrar todo el espacio posible.

  • Reserva un sitio especial para los juguetes

Una vez hemos seleccionado todo lo que se va a mantener, debemos preparar una zona especial para todos esos juguetes.

Asignar un lugar específico para su almacenaje es más importante de lo que crees, ya que te ayudará a que la tarea de organizar los juguetes sea mucho más sencilla y además, tus hijos interiorizarán también la función asignada a ese espacio. Prueba a colocar una estantería modular con huecos que puedas adaptar al tamaño de sus juguetes y que puedas ir modificando conforme cambien las necesidades de espacio.

  • Las cajas son tus aliadas

Uno de los mejores accesorios para guardar los juguetes son las cajas y, si es posible, etiquetadas. Si el niño es muy pequeño y aún no lee, puedes usar códigos de color o dibujos para que las diferencie rápidamente. También resultan muy útiles las cajas de plástico transparente porque con ellas podrán ver con tan solo un vistazo el contenido.

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  • Una habitación ordenada por espacios

Si el espacio te lo permite, diferencia espacios dentro de su habitación. Reserva una zona para los juguetes, otra para el estudio y, si es posible, una zona para relajarse a la que pueda acceder de forma fácil y segura.

El espacio de escritorio es fundamental, en él podrán estudiar o entretenerse pintando o leyendo. Además, puedes planificarlo bien con cajas y cestas donde puedan guardar todos los materiales como lápices, rotuladores, etc. 

Con un poco de imaginación e inspiración para encontrar la mejor decoración y animando a los niños a participar en la tarea de ordenar el dormitorio, tendrás un dormitorio infantil perfecto y ordenado.

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