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VIAJAR CON NIÑOS

Publicado por: Redactora Afede En: Verano El: Comentario: 0 Visto: 636

VIAJAR CON NIÑOS



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Las vacaciones son una buena oportunidad para conocer sitios nuevos, viajar con nuestros hijos nos aportará vivencias que recordaremos para siempre y reforzará nuestros lazos familiares. Muchas veces, no lo hacemos por miedo, por no saber a dónde ir o qué precauciones tomar, pero todo es mucho más sencillo de lo que parece. Hoy hablamos de viajar con niños.



BENEFICIOS DE VIAJAR CON NIÑOS

¿Sabías que viajar en familia tiene beneficios que perdurarán años en todos nosotros? 

Viajar aporta uno de los mayores placeres del mundo: conocer nuevas culturas, nuevos idiomas, nuevas maneras de ver la vida y de pensar, en definitiva, una nueva manera de interpretar el mundo ¿por qué no disfrutarlo con los niños?

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Estos son algunos de los beneficios que proporciona:

  • Fortalece los vínculos entre padres e hijos: El viaje es un tiempo sin obligaciones y con mucho tiempo para estar juntos. El tiempo compartido y las vivencias serán las cosas que recordaremos con los años.

  • Se desarrollan emocionalmente: Llegar a un sitio nuevo puede generar cierta incertidumbre pero es una buena opción para que los niños y niñas aprendan a enfrentar sus temores y se desarrollen emocionalmente.

  • Adquieren valores y aprenden a respetar a otras personas: Al visitar lugares y países diferentes al tuyo descubres que existen otras culturas y otras formas de ver la vida. Esta es una excelente forma de enseñar el valor del respeto hacia la diversidad a tus hijos e hijas. Aprenderán a ser más tolerantes, flexibles y pacientes.

  • Fomenta su autonomía: Viajar contribuye al proceso natural de maduración de los niños, les ayuda a desarrollar su autonomía y a ir valiéndose por sí mismos. 

  • Favorece su salud combatiendo el sedentarismo: Normalmente los viajes van acompañados de largas y motivadoras caminatas, una forma fantástica de hacer ejercicio. Además, al menos por unos días, les mantiene alejados de sus dispositivos electrónicos.

  • Aprenden idiomas y mejoran su comunicación: Si hay una forma de comprender la importancia de hablar un idioma diferente al nuestro, esa es viajando. Le verán sentido a las clases de inglés del cole y aprenderán nuevas palabras.

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  • Aumentan su aprendizaje: No sólo en el terreno de los idiomas, el mundo es la mejor escuela. Por ejemplo, si hacemos un viaje que incluye recorridos por la naturaleza, consolidarán conocimientos de su asignatura de ciencias. Los niños que viajan también aprenden geografía: ubican países y ciudades en el mapa, son conscientes de las distancias, etc.

  • Desarrolla el respeto por los animales y la naturaleza: Desde luego, así debería ser y tendríamos que aprovechar los viajes para enseñar a los pequeños hábitos sostenibles y responsables con los animales. Si durante el viaje evitamos el consumo de plásticos de un solo uso, los niños también lo harán. Si buscamos proyectos de turismo responsable con animales, en el futuro serán unos adultos respetuosos con ellos.

  • Se hacen más resolutivos: Ante los imprevistos que siempre suelen surgir en los viajes, los niños aprenden a buscar soluciones a los problemas.

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  • Aprenden la importancia relativa de las cosas materiales: Durante el viaje se acostumbran a vivir con menos cosas y valoran más otros aspectos.

  • Descubren nuevos sabores y recetas: Es una oportunidad extraordinaria para experimentar nuevas formas de relacionarse con la comida.



ELEGIR EL DESTINO

Esta es una de las dudas más frecuentes y, para algunas familias, puede ser una elección complicada pero, ¡tranquilidad!, es mucho más sencillo de lo que parece, donde tú te encuentres cómodo es donde ellos también lo estarán. 

En esto no hay recetas mágicas, hay tantos destinos y tipos de viajes como modelos de familia. Pueden ser viajes largos o cortos, lejanos o cercanos, nadie como tú conoce a tu familia así que tú eliges, sólo debes usar el sentido común.

Las opciones son infinitas pero quizás te ayude tener en cuenta alguno de estos factores:

  • Valorar la edad del niño: Todos sabemos que no es lo mismo embarcarnos con un bebé de corta edad que con un adolescente. Si el niño es muy pequeño, debemos tener en cuenta sus necesidades específicas, si se trata de un adolescente es más necesario escuchar sus preferencias sobre el viaje a realizar.

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  • Tener en cuenta el clima o la época del año en que se viaja: Si el frío es el protagonista, iremos bien equipados e intentaremos que el clima no nos impida hacer aquellas actividades que tenemos previstas. Si el destino es caluroso, es necesaria una planificación para adaptarnos al calor según el momento del día.

Si viajamos en temporada alta y coincidimos con otros muchos viajeros, hay que valorar los momentos en que las atracciones, museos o centros históricos están más llenos. Una larga cola sumada al cansancio del niño puede arruinar un día de vacaciones.

  • En verano, los destinos con agua, ya sean ríos, lagos o playas, garantizan la diversión de los más pequeños.

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  • Si tu hijo no lleva bien los desplazamientos largos, escoge un lugar cercano. Por lo general, los pueblos pequeños exigen menos desplazamientos y tienen un ritmo de vida más pausado que se puede adaptar más a familias con niños pequeños.

Seguro que hay lugares cercanos muy atractivos que no conoces todavía. El mundo es un lugar fascinante y variado, lleno de lugares preciosos a la vuelta de la esquina.

  • Llega el momento en el que los niños necesitan algo de actividad. Puede ser el momento de escoger una capital europea como destino, estas ofrecen un sinfín de atractivos para todos. Muchas de ellas, además, están a tan sólo un par de horas de vuelo o unas pocas horas de tren.

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  • La Naturaleza siempre es un buen destino. Ellos siempre son felices en este medio y es una oportunidad de que descubran el entorno natural y aprendan a respetar a los seres vivos y la importancia de cuidar la naturaleza.

  • Incluir la cultura siempre es buena idea. Entre los 8 y los 12 años, o incluso antes, empiezan a mostrar interés por aprender cosas. Puedes planear la visita a un museo, un monumento histórico, un centro de interpretación, las posibilidades son infinitas según nuestros gustos.

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  • Viajar fuera de Europa. Aunque es un paso que cuesta dar a algunas familias, es perfectamente posible hacer viajes más largos con niños pequeños. Está claro que hay que planificar cosas diferentes a si nos quedamos por Europa, como vacunas, documentación, etc, pero si os apasiona viajar, seguro que no dudarás en ponerte a ello.



VIAJAR CON UN BEBÉ

Una de las frases que más escuchan los padres viajeros es “se os acabó viajar”. Pero, si lo deseas, tener un bebé y viajar en absoluto está reñido.

Con la presencia del bebé, la forma de viajar cambia, seguramente tendrás que planificar algo mejor, llevar cosas diferentes o tener más paciencia. 

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Quizás el principal obstáculo sea el miedo a lo imprevisto y estar lejos de casa. ¡Fuera miedos! Lo que más necesita un bebe somos nosotros y ahí vamos a estar.

  • Empieza poco a poco: Si no te sientes seguro, es buena idea empezar por escapadas cercanas, esto nos hará ir cogiendo seguridad y confianza para plantearnos cada vez destinos más lejanos y viajes más largos.

  • Si viajas en avión, ten en cuenta que los menores de 2 años viajan en el regazo de sus padres y sólo pagan una pequeña parte del billete. Muchas aerolíneas cuentan con cunas que se colocan delante de tu asiento.

  • Haz que tu desplazamiento coincida con las horas en las que duerme mejor tu bebé.

  • En los vuelos, puedes amamantar al bebe y está permitido llevar su comida en el equipaje de mano. Una vez en el destino, si te preocupa su alimentación, puedes escoger un alojamiento que te permita cocinar así podrán comer los alimentos a los que están acostumbrados.

  • Lleva un pequeño botiquín, igual que haces en el caso de los adultos. Incluye paracetamol e ibuprofeno infantiles, suero fisiológico, crema para los golpes y un termómetro digital.

  • En el avión evita la presión en sus oídos a la hora del despegue y aterrizaje dándole su chupete o amamantándolo en ese momento.

  • Lleva sistemas de transporte cómodo como mochila ergonómica portabebés y sillita de paseo ligera. Si viajas en avión, la mayoría de las compañías permiten que lleves gratis la sillita de paseo hasta la misma puerta del avión.

  • Si es un poco más mayorcito, lleva algún juguete para entretenerlo durante el viaje.



CONSEJOS GENERALES PARA VIAJAR CON NIÑOS

  • La organización es clave. Cuanto más tiempo dediquemos a planificar el viaje, menos margen dejaremos a los imprevistos. Planificar las actividades, reservar las entradas de los lugares más solicitados o calcular el tiempo de los desplazamientos nos permitirá no estresarnos e incluso descansar entre actividades.

  • Incluye en la ruta actividades infantiles. Las familias están compuestas por personas de distintas edades y hay que tener en cuenta los gustos de todos. 

Lleva un ritmo suave y un itinerario diario breve, que alterne visitas turísticas con momentos de esparcimiento. Localiza zonas verdes y de ocio infantil, así como restaurantes y cafeterías kids friendly.

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  • Escoge el alojamiento que mejor se adapte a tus gustos o necesidades. Si viajamos con niños pequeños, estar todo el día en la calle es poco viable. Sobre esto tampoco hay recetas generales, pero, por norma general, una habitación de hotel puede llegar a asfixiarnos si tenemos que pasar muchas horas encerrados entre cuatro paredes. Las casas rurales, apartamentos o complejos hoteleros con piscina, zonas de ocio variadas y actividades infantiles, son una buena opción para familias con hijos.

  • Contrata un seguro de viajes. Es fundamental conocer la asistencia sanitaria de la que disponen en el lugar o país al que nos dirigimos Es muy recomendable contratar un buen seguro de viaje y, ante cualquier incidente o una simple caída fortuita, es mejor saber cómo podemos resolverla y dónde o a quién debemos acudir.

  • Tener previsto el tema de las vacunas. A veces los niños necesitan un recuerdo de alguna o incluso vacunarse de una específica en el caso de que sea recomendable para ir al lugar elegido. Esto se puede hacer muy fácilmente a través de la web oficial del Ministerio de Sanidad, donde con solo rellenar un cuestionario nos indican las recomendaciones en este sentido así como los centros sanitarios donde poder acudir. Es que conviene planificarlo con tiempo, por los plazos para vacunarse o para conocer si el país al que vamos sufre algún tipo de brote epidémico que desconocemos.

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  • Involucra a los pequeños en los preparativos. Para empezar, hacer imaginar a los niños lo bien que lo vamos a pasar todos juntos les emociona y les hace tener ganas de conocer el lugar. Podemos mostrarles imágenes del lugar al que vamos a ir y de las atracciones que sabemos que más les van a gustar.

No olvides hablarles del medio de transporte para llegar a vuestro destino. Eso evitará confusiones, nervios y temores, ya que hay pequeños que pueden ponerse nerviosos al viajar si no entienden bien la situación o lo que está sucediendo.

  • Preparar el equipaje: sólo lo realmente necesario. ¡Toca hacer las maletas! y debemos hacer un esfuerzo por no cargar con cosas innecesarias.

Los adultos debemos tener siempre una mano libre para sujetar al pequeño. No hace falta llevar un cargamento de cosas como pañales, seguro que donde vamos podemos comprar.

Podemos preparar una pequeña maleta de mano con lo realmente imprescindible para el trayecto.

Resulta útil informarse del tiempo en el destino para llevar sólo la ropa que sea necesaria. 

La maleta del peque debe incluir alguno de sus juguetes favoritos. El peluche con el que duerme o su cuento favorito pueden facilitar enormemente la adaptación en el destino.

  • Hacer ameno el trayecto: Aunque el trayecto sea corto, los niños pierden el interés enseguida y se aburren. Si nos anticipamos y planificamos el entretenimiento durante el viaje, todo será más fácil. Podemos llevar algún juguete en la maleta de mano, pero no mostrárselos demasiado pronto ni todos a la vez. También podemos aprovechar la ocasión y procurar fomentar su interés por todas las cosas nuevas que está viendo a su alrededor, pasada la emoción inicial, es posible que se duerman.

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Pasar tiempo de calidad con nuestros hijos ayuda a reforzar los lazos familiares. Hay pocas formas mejores de disfrutar el tiempo libre que viajando y ello nos ayudará a forjar una bonita relación con ellos, nosotros nos sentiremos felices y ellos inmensamente queridos y escuchados. ¡Buen viaje!



 



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